Friday, June 25, 2010

Punto Aparte #33

Odio cuando me dicen que Dios te bendiga. Acaso creen que influyen en la decisión de un dios?

Wednesday, June 02, 2010

Sinestesia

Cuando pequeño un amigo me contó que la Manzana Postobón ponía en sus comerciales algunas apariciones del número 20. Decía que la manzana roja estaba conexamente relacionada con el número 20. Esa noche hicimos el ejercicio de decir el primer color que se viniera a la mente cuando se pensaba en un número. Para mí el uno es amarillo, el dos es rojo, el tres es azul, el cuatro es ocre y el cinco es verde pasto. Tengo un color para cada número.

Supongamos que hay una tribu que se llama Buba y otra que se llama Tiki. Intente adivinar cúal es la bandera de cada una.

Es claro que el humano no asigna sonidos arbitrariamente sino que tiene una conexión con otros sentidos. Pero cúales son los alcances de estas interconexiones de sentidos?

La primera vez que experimenté la convergencia de sentidos sonaba Pink Floyd. Claramente la música se reproducía en mi mente como tonadas de colores apareciendo en mi distorsionado campo visual. Yo podía asegurar que literalmente veía la música. Nunca causó curiosidad este episodio. Algunos años después veía un programa de televisión en el que mostraban seres humanos con "superpoderes". Algunos de ellos poseían esta condición de Sinestesia en el que su cerebro naturalmente cruzaba sentidos en todo momento. Personas que podían observar una obra de Mozart, o algunos que podían saborear un cuadro de Picasso. La mayoría de estos seres poseía una mente prodigiosa pues podía relacionar colores o sabores a secuencias de números gigantes que podían procesar rápidamente sumando colores o mezclando olores.

Un día cualquiera me encontraba sentado en el solar de mi casa cuando sonó por primera vez esa canción. Nunca voy a olvidar el momento en el que las notas agudas y repetidas intermitentemente tenían un sabor amargo-dulce, y los bajos tenían un gusto característico en la parte superior del paladar. Como saboreando un festín, el sentido del gusto percibía sonidos amargos que pasaban a ser ácidos y después cambiaban a un ritmo dulce. Y así como empezó, terminó. Depronto cada sentido tomó una vía propia y como líneas paralelas, nunca se volvieron a encontrar.

De la misma forma que los meses tienen personalidades y los números tienen color; los sonidos tienen sabor. Desafortunadamente las formas de sentirlo son escasas: congénita, bajo la influencia de alucinógenos, después de un derrame cerebral, ciertos casos de epilepsia, o como resultado de la ceguera o la sordera.